martes, 19 de octubre de 2010

Día 19 Isla Victoria – Bosque de los Arrayanes

Hoy tampoco hemos tenido que madrugar. Ha amanecido lloviendo y ya pensamos que la excursión sería un desastre.

A eso de las 12:00 embarcamos en Puerto pañuelo destino a  Isla Victoria ( la única manera de llegar a ella es a través de una excursión contratada). El día comienza a mejorar y va saliendo el sol. Llegamos en unos 40 minutos a la Isla. Realmente es preciosa. Las vistas al lago son constantes y se divisa la cordillera nevada.

El grupo con el guía inicia una de las rutas; la ruta “roja” (ex vivero), nosotros decidimos iniciar la ruta amarilla por nuestra cuenta así estamos solos para poder hacer las fotos y ver las pinturas rupestres que quería ver Jordi. El sendero ocupa unos 300 metros hasta llegar a la playa del Toro y a las pinturas rupestres. Estas pinturas tienen unos 700 años, son diseños Tehuelches y de sus antecesores. Hay muy poquitas y ya no se aprecian los colores, pero son interesantes de ver.

Playa Toro está desierta, el paisaje es fantástico. Justo en la orilla podemos ver Cauquenes de cabeza gris muy de cerca. .


Después de hacer unas cuantas fotos, nos dirigimos al recorrido rojo. Comienza con unos grandes arcos de vegetación que te conducen a una senda de grandes secuoyas. Son impresionantemente grandes!

Seguimos por el sendero y se ven diferentes árboles no originarios de la zona, fueron importados alrededor de 1950 para repoblar la isla (entre otros motivos) porque se habían destruido el 50% de los árboles en la explotación maderera.
Seguimos la ruta y decidimos continuar por la naranja que nos conduce al mirador de la isla. Buena elección, las vistas son fantásticas.


Durante el camino vamos comiendo los bocadillos que nos hemos traído. Justo nos da el tiempo para hacer unas fotos antes de entrar al catamarán que nos conducirá al Bosque de los Arrayanes en la Península Quetrihué. El trayecto dura aproximadamente una hora.
El bosque de los arrayanes (Luma Apiculata) de Bariloche es el único Bosque de Arrayanes del mundo, desde el sendero entablonado se pueden apreciar ejemplares centenarios. El arrayan tiene una corteza de color canela y su madera es totalmente blanca. Sorprende cuando lo tocas, está muy frío a diferencia del resto de árboles del lugar.

Para visitar este bosque sólo te dejan unos 50 minutos, muy poco para poder hacer el recorrido tranquilos, Igualmente intentamos aprovechar el tiempo y sacar buenas fotos del lugar.

Hasta este bosque se puede llegar desde Villa La Angostura, el sendero es de unos 13 kilómetros, se ha de ingresar antes de una hora determinada de la mañana y registrarse en el parque nacional que se hace esta ruta.
El último tramo de estos 13 kilómetros es precisamente el Bosque de los Arrayanes.


De regreso, el catamarán tarda unos 60 minutos hasta Puerto pañuelo.

Recomendaciones: Si disponéis de algunos días y tenéis ganas de caminar, lo ideal es hacer la ruta hasta el Bosque de los arrayanes a pié desde Villa La Angostura. Si estáis en el centro de Bariloche bien podéis alquilar un coche hasta Villa La Angostura o llegar a través del transporte público (mucho más económico). El problema del transporte es que los autobuses que llevan hasta allí salen de la parada de Omnibús que está justo al lado del aeropuerto, que está a tres kilómetros del centro, lo que implica coger otro transporte hasta allí.
Los guardabosques no dejan ingresar a la ruta durante todo el día, pienso que es hasta las 11 de la mañana. Contar que desde el Omnibús hasta La angostura hay más de una hora.
El regreso se puede hacer andando o por Ferry que tenéis que contactar antes de salir.

Si queréis visitar Isla Victoria, cosa que os recomendamos, no hay otra forma que visitarla a través de excursiones contratadas, con el inconveniente de los horarios acotados, pero no hay ningún ferry que te lleve hasta allí.

Hay muchos trekkings en el parque natural de Nahuel Huapi, para mas información os tenéis que acercar al parque a preguntar, el centro de información turística no os la dará.

Hay trekkings con guía al Cerro Tronador, desde donde se pueden ver los glaciares, este dura aproximadamente unas 4 horas 30 minutos. Este se puede contratar en las oficinas de excursiones que veréis en el centro.

Día 18 Villa los Coihues – Lago Gutiérrez.- Cascada de los Duendes

Este día decidimos levantarnos tarde y coger el transporte público para llegar a Villa los Coihues, justo donde está el lago Gutierrez y la Cascada de los Duendes.

Después de llegar al centro el dilema fue encontrar la parada, ya que la mayoría no están marcadas y no sabes cual es el autobús que te lleva. Finalmente cogemos el 50 que nos dejó en la carretera. Cuando bajamos pensamos… pero donde coñ.. estamos? Decidimos seguir a la gente que parecía saber donde iba i si! Llegamos al “pueblo”. El lago Gutierrez nos da la bienvenida. Se ven cuatro casas de madera diseminadas, el bar cerrado. Seguimos caminando hasta que encontramos alguien que nos indica el camino para llegar a la cascada. Es camino es la carretera que te lleva hasta el camping, A la izquierda de la carretera queda el lago y todas las hosterías y cabañas del lugar. Después de unos dos kilómetros aproximadamente llegamos al camping y a su derecha se bifurca un camino que se adentra mas en el bosque. Es un bosque bonito de grandes árboles, coihues y pinos. Actualmente la acampada en este bosque no está permitida para ayudar a la regeneración de la arboleda. El camino te conduce hasta la cascada de los Duendes. Es muy bonita.


Estamos cansados pero decidimos esperar a comer en el centro de Bariloche. Tenemos suerte y cogemos (perdón agarramos! Aquí coger es otra cosa) el autobús de vuelta enseguida.

En el centro nos comimos una fondue y ya con energías renovadas recorrimos el centro. No se como nuestros pasos nos llevaron al Jacky a tomar unas cervezas.

Día 17 Puerto Blest Cascada de los cantaros

Aquí el tiempo está loco, bien llueve, hace sol o ambos a la vez… Hace frío. Nos dirigimos a Puerto Pañuelo a coger la embarcación que nos llevará a Puerto Blest ( es la única manera de poder llegar; por agua).

Durante la navegación vemos que las gaviotas van persiguiendo la embarcación, pronto descubrimos que es costumbre de los turistas darles alimentos (normalmente galletas). La gente se anima y les van dando comida, llega un momento que parece una película de miedo!! No me inspiran mucha confianza…

En Puerto Blest tienes la opción de navegar por el Lago Frías y divisar el cerro Tronador (obviamente por 70 pesos más). El día no acompaña y estamos un poco cansados de tanto barco así que decidimos hacer el recorrido a pié (una de las alternativas que preferimos siempre). Esto son 3 kilómetros ida y 3 de vuelta. El sendero no es bonito, hay que pensar que es la carretera que te conduce al puerto del Lago Frías. Igualmente intentamos adentrarnos en el bosque por el camino para poder ver el río, es de color verde.
Un poco cansados llegamos al puerto, la vista es bonita pero nada mas.


Durante el regreso a Puerto Blest comienza nuevamente a llover, pero ahora con más intensidad….llegamos al hotel y sin vianda!! Preferimos no comer en el restaurante, unas patatas y un par de cafés nos permitirán aguantar para una cena descansada en el pueblo.

La espera se hace eterna.

Llega la hora de embarcar para ir a la Cascada los Cántaros. Aunque llueve decidimos subir las mas de 600 escaleras que te permiten ver el nacimiento de la cascada. Una vez llegamos arriba vemos que ha valido la pena, El arce milenario (1500 años estiman) es precioso, y las vistas desde el mirador espectaculares!







 

Este es el final de la excursión, el regreso se hace eterno, la lluvia no cesa.

Día 16 Calafate-Bariloche

Hoy es día de vuelo, son estos días tontos del viaje que dependiendo de los horarios no puedes hacer ninguna excursión pero tienes algunas horas muertas.
Decidimos levantarnos lo mas tarde posible e ir a visitar los alrededores del Calafate, concretamente el Lago Argentino y la Laguna redonda, donde se pueden ver algunos flamencos y gaviotas.


Como no el vuelo vuelve a venir con un par de horas de retraso! Al menos hoy lo sabemos con anticipación y podemos comer algo decente en el hotel

Llegamos a Bariloche bien entrada la tarde, lo justo para llegar al hotel Design Suites, un buen hotel pero a 2,5 kilómetros del centro.

Este mismo día descubrimos un fantástico Bar, el Jacky After office, que os recomendamos fervientemente: buena música, buena cerveza, buena comida, y buen ambiente. El camarero que nos atendió, Pedro era encantador.

Día 15 Torres del Paine Chile

El día comienza temprano, como siempre. Nos espera un largo camino hasta la frontera de Chile, y un poco mas hasta llegar al Parque Nacional de las Torres del Paine.

La duración del viaje es de unas cinco horas aproximadamente de ida y otras más de vuelta. El camino hacia allí es como diríamos aquí …un camino de cabras!  acompañado de un paisaje totalmente estepario, es decir una infinita nada.

La primera parada se hace en una “gasolinera” en medio de la estepa, no hay que pensar en una gasolinera de aquí, si no en un surtidor en medio del “desierto” con los únicos lavabos hasta Chile, imaginar… como decía el guía “esté como esté es lo único que hay hasta la frontera chicos!”

Llegamos a los trámites burocráticos: salida de Argentina. Tenemos suerte y no encontramos ningún ómnibus esperando ( el guía comenta que hay veces en que pueden estar esperando mas de hora y media para poder salir del país). En siete kilómetros aproximadamente encontramos la frontera de Chile y aquí nuevamente se hacen los trámites para la entrada. Se le ha de incluir el registro del equipaje porque no te dejan ingresar en el país nada de fruta ni fiambre ( si encuentran algo; sanción).

La comida obviamente no la puedes traer, si vas con el guía ya está todo mas que contemplado y en Chile te dan las famosas “viandas” pero mucho mas malas que las que puedes comprar tu en El Calafate (es lo que hay).

Normalmente se hace una parada en el bar que está justo al lado de la frontera, “El ovejero”, donde se puede comer algo y comprar algún souvenir (todo a precio mas que europeo!!).

Al fin llegamos al Parque Nacional Torres del Paine. El paisaje es fantástico. Una gran cordillera nos da la bienvenida. Ya se pueden ver manadas de guanacos y podemos parar para tomarles fotos, no se asustan, así que podemos hacer fotos de muy cerca. Es fantástico.



Seguimos nuestro trayecto y el guía nos va explicando las características del lugar y las posibles rutas que se pueden hacer en trekking.
Lo ideal es pernoctar allí un par de noches para poder disfrutar del contacto con la naturaleza. El clima es duro, hace frío y el aire es brutal, como dicen ellos es “el aire de mierda” o “el innombrable”. Tienen razón el aire te lleva y te hiela!

Después de ver varios puntos del parque como el Lago amargo, la Cascada del río Paine, y las Torres del Paine a lo lejos, iniciamos un trekking de unas dos horas, desde donde tenemos una panorámica de las torres del Paine fantástica. Su nombre Paine quiere decir azul, viene dado porque su roca es magmática y tiene unos tonos azulados.



Si nos fijamos bien en los Cuernos del Diablo podremos ver dos partes bien diferenciadas, una la mas clara es la magmática y la otra, la roca que surgió del movimiento.



Las vistas son maravillosas! Las montañas nevadas, los lagos, los glaciares que se ven a lo lejos en la cordillera…. La Patagonia no deja de maravillarnos.



El trekking fue fantástico. Nos lamentamos no haber tomado un día mas en este parque para poder hacer el trekking que te lleva a las faldas de las torres. El guía comenta que son unas cinco horas ida. Lo ideal, si gusta el trekking es planificar algunos por allí.




El camino de vuelta lo hacemos por la conocida ruta 40.



El regreso al Calafate se hace un poco pesado, son cinco horas de autobús en camino de piedra y tierra, pero… la Patagonia nos reservaba una sorpresa en el camino, un maravilloso atardecer, el mas rojizo e impresionante que he visto en mi vida!! Que regalo para los sentidos. Que pena que las fotos no puedan transmitir los colores con su esplendor.




Ha valido la pena, pero si volvemos no dudaremos en quedarnos algunos días para poder disfrutar de este gran parque nacional.


Día 16 Calafate-Bariloche
Hoy es día de vuelo, son estos días tontos del viaje que dependiendo de los horarios no puedes hacer ninguna excursión pero tienes algunas horas muertas.
Decidimos levantarnos lo mas tarde posible e ir a visitar los alrededores del Calafate, concretamente el Lago Argentino y la Laguna redonda, donde se pueden ver algunos flamencos y gaviotas.

Como no el vuelo vuelve a venir con un par de horas de retraso! Al menos hoy lo sabemos con anticipación y podemos comer algo decente en el hotel

Llegamos a Bariloche bien entrada la tarde, lo justo para llegar al hotel Design Suites, un buen hotel pero a 2,5 kilómetros del centro.

Este mismo día descubrimos un fantástico Bar, el Jacky After office, que os recomendamos fervientemente: buena música, buena cerveza, buena comida, y buen ambiente. El camarero que nos atendió, Pedro era encantador.

Día 14 El Calafate Navegación Glaciares Upsala-Spegazzini-Perito Moreno

El día nuevamente comienza temprano. Nos dirigimos al Parque Nacional de los Glaciares a coger la embarcación que nos lleva a ver todos los glaciares del brazo norte. Parece que será un día largo, ya que se embarca a las 8:30 y se regresa a las 17:30 aprox.

La embarcación es muy cómoda, no cuenta con servicio de comida, sólo sirven bebidas así que para comer también llevamos las famosas “viandas”, hoy mejores, son del restaurante vegetariano de ayer.

La navegación se inicia por el brazo norte del lago Argentino. Aunque ayer ya vimos el glaciar Perito Moreno estamos igualmente emocionados. Se inicia la navegación y al poco tiempo ya podemos ver témpanos inmensos. La vista es fantástica. Hace frío fuera de la embarcación pero da igual, la vista vale la pena. Si te dejas llevar por la imaginación parece que estés yendo a la Antártida!


Poco a poco vamos llegando al frontal del Glaciar Upsala pero que ocurre? Imposible de llegar, hay una gran cantidad de témpanos que impiden el paso a la navegación, nos tenemos que contentar con verlo de bien lejos. Al glaciar Onelli también es imposible de acceder.

Seguimos el trayecto hacia el glaciar Spegazzini, a este si llegamos!! Es impresionante. Es el glaciar que tiene las paredes mas altas de todos! La embarcación nos lleva lo mas cerca posible del frontal, las vistas nuevamente son fantásticas, te quedas sin aliento (y no sólo por el frío). Realmente ya pensamos que la navegación ha valido la pena aunque sean tantas horas.


 
Después nos dirigimos a ver el tan famoso y renombrado glaciar Perito Moreno. Hoy podemos ver el lado norte (que ya pudimos ver el día anterior desde las pasarelas), sigue siendo impresionante. Su magnitud nuevamente nos deja sin habla. Por suerte podemos ver algunos desprendimientos, aunque menores el sonido es atronador, el silencio en la embarcación es total, todo el mundo está atento. Sólo se puede escuchar de fondo una horrenda música pop de la embarcación que le quita todo el encanto al momento. Intento no escucharla. Es extraordinario poder observarlo, pienso en la suerte que tenemos en ese momento.
Poco a poco la gente va entrando dentro de la embarcación, el frío apremia, nosotros nos quedamos fuera para despedirnos poco a poco de estas maravillosas vistas y emociones.

Llegamos a puerto aproximadamente a las 18:00, cansados pero muy satisfechos por las experiencias vividas. Realmente el Parque Nacional de los Glaciares enamora.

Que mejor fin de día que darnos un baño en la piscina climatizada del hotel con vistas al Lago Argentino, este hotel es fantástico! Je,je.

Día 13 El Calafate Perito Moreno

-         Ring ring (suena el teléfono)
-         Diga?
-         Son las seis de la mañana
-         Gracias.

Ahh!! Aquí no se deja de madrugar! Pero hoy vale la pena, nos vamos a ver el Glaciar Perito Moreno! La emoción me embarga ya en el desayuno solo de pensarlo.
Nos dirigimos al Glaciar, a coger la embarcación que nos va a llevar directamente para hacer el trekking en el glaciar.

Llegamos al Parque Nacional de los glaciares en aproximadamente una hora (unos 70 kilómetros desde el centro de Calafate). Embarcamos en una pequeña embarcación que nos lleva al otro lado del glaciar desde donde se inicia el trekking. El agua es densa, lechosa, de un color blanco verdoso. Ya se puede ver el glaciar, es impresionante! Una gran mole de hielo, inmensa, que no te cabe en los ojos, no puedes dejar de repasarlo con la mirada y pensar, ahora vamos a estar encima! Es emocionante!

Llegamos a una cabaña donde se han dejar las bolsas y comida ( aquí no hay nada donde vendan ni bebidas ni comida, lo has de traer todo, pero no os preocupéis en el Calafate esto está todo mas que controlado y podréis encontrar muchos sitios donde preparan las famosas “viandas” que podréis llevar a las excursiones de todo el día. El hotel también prepara pero normalmente es un poco mas caro).

El guía de montaña nos da un poco de información básica sobre los glaciares, nos explica que el glaciar Perito Moreno es el único que no está en retroceso; la ganancia es igual a la pérdida. Son glaciares de Valle.
A diferencia del clima de otros lugares con Glaciares, aquí no hace mucho frío, lo que también ayuda al retroceso de estas inmensas moles.



El guía nos recomienda no ir con mucha ropa al trekking, tiene mucha razón, la verdad es que durante el camino hace calor y la ropa sobra. La temperatura ambiente es de 8 grados a lo que tenéis que sumar el calor de la actividad física.
OJO llevar guantes es obligatorio! Aunque si se os olvida allí tienen unos cestos grandes con guantes “militares o de mil usos” para que podáis hacer el trekking.

Nos acercamos al lugar donde nos ponen los Crampones. Por el camino hemos podido ir viendo el glaciar, la vista es maravillosa y única, estamos tan cerca…Iniciamos el camino! Ya pisamos el glaciar! La emoción es intensa, parecía que este día no iba a llegar nunca!


Durante el recorrido de aproximadamente una hora y media vamos viendo las diferentes grietas en el glaciar, sumideros de azul intenso por donde se cuela el agua hasta el fondo del glaciar, y cóndores!! La vista es maravillas. Jordi va riendo con sus Crampones jeje parece todo un escalador! Caminar con ellos deja de ser complicado y vamos cogiendo confianza. Cuando la excursión va llegando al final nos espera una sorpresa, dos grandes mesas de madera sobre el glaciar, con whisky y alfajores!! Todos empezamos a aplaudir y a reír. Uno de los guías de montaña picó hielo del glaciar, lo puso en un bol i flash!! Llenó todos los vasos de una vez, todos aplaudimos! Y como no tomamos el whisky con el hielo del Perito Moreno, una aventura para explicar. Fue maravilloso.


 
Finalizada la ruta por el glaciar fuimos a comer las famosas “viandas” que llevábamos. El lugar elegido era impresionante, comiendo el bocadillo en una de las mesas de madera desde donde se veía toda la parte sur del glaciar! Teniendo estas vistas quien se queda en la cabaña! 


 
Después de comer navegamos hacia la orilla para ir a ver el glaciar des de las pasarelas. Si vas en una excursión contratada te dejan mas o menos una hora, un tiempo realmente insuficiente si quieres hacer el recorrido de todas las pasarelas, os recomiendo si es así que hagáis el recorrido corto y le dediquéis tiempo observar si hay algún desprendimiento, el sonido es sobrecogedor, es similar a un gran trueno, de esos que parece que no acaban y que cuando los escuchas piensas Dios que tormenta! Pues mas impresionante.

En las pasarelas hace mas frío que durante el trekking, pero la espera vale la pena y vemos dos o tres desprendimientos. Es una maravilla. La hora se hace muy corta y toca el regreso hacia El Calafate, cansados pero con una experiencia maravillosa.

Como bien dicen, “la vida no se mide por el número de veces que respiras si no por las veces que te quedas sin aliento” esta es una de ellas.

Recomendaciones: El Trekking Big Ice ha de ser impresionante, si podéis contratar este, no os dejéis engañar por algunas agencias, la edad máxima es de 45 años y no de 40 como ellos dicen. Obviamente se ha de estar en buena forma porque la duración es de unas tres horas caminando sobre el glaciar con los crampones y tres horas más de montaña.

Si podéis contratar un coche o excursión al Chalten, nosotros no pudimos hacerla pero por lo que nos comentaros es una zona de vistas preciosas donde se puede practicar trekking, así que si tenéis ganas de andar guardar uno o dos días para visitarlo.

Lo mejor es no traer nada contratado, si das una vuelta por el Calafate veréis que hay muchas agencias de excursiones, (es su actividad principal) así podéis ir escuchando las experiencias de otros viajeros y decidir.

Día 12 Ushuaia- El Calafate

Pendiente

Día 11 Ushuaia – Lago Escondido- Paso Garibaldi- Lago Fagnano.

Salimos alrededor de las 9 am con Valentín el guía y la pareja de Santander, Isabel y Manolo a recorrer los lagos. El paisaje es precioso. Las montañas están nevadas y la vista no alcanza para hacer toda la panorámica.
Iniciamos el camino visitando el Valle Carbajal y el gran turbal.


El famoso paso Garibaldi es un paso de carretera que cruza la cordillera de los Andes, a los pies de este paso está el lago escondido. Desde aquí hay unas vistas preciosas.



Finalizamos el recorrido en el Lago Fagnano, para nosotros es más bonito el Lago Escondido, cuestión de gustos.


Por la tarde vamos a visitar la Prisión de Ushuaia, Valentín nos comenta que a las 18:30 podemos hacer la visita guiada, la verdad una gran idea. La guía nos va explicando como y porqué se construyó esa cárcel, las historias y características de algunos de los presos y la vida cotidiana del lugar.

También nos enseña una de las réplicas 1:1 del faro de San Juan de Salvamento en la Isla de las Naciones. Choca mucho al verlo porque te espera el típico faro, similar al de Les Éclaireurs y lo que te encuentras es un faro “chato” de una sola planta.



Este faro se construyó porque en la zona entre el Estrecho de Magallanes y el Canal de Beagle  había muchos naufragios. Este fue el faro en el que se inspiró Julio Verne en su famosa novela (no en el Faro de Les Éclaireurs).

Día 10 Ushuaia – Parque Nacional Tierra del Fuego- Tren del fin del mundo- Navegación Canal de Beagle.

Aquí el tiempo es frío, lo ideal es llevar un buen abrigo e ir equipados con gorro y guantes.
El paisaje es fantástico, el pueblo queda bajo la cordillera de los Andes, que está toda nevada, delante el mar y el puerto con algunos barcos de carga y de la prefectura naval.

Como siempre el día se inicia bien temprano, a las siete ya estamos desayunando para poder llegar al Parque nacional de tierra de fuego a primera hora y coger el primer tren del “fin del mundo”.

Nos viene a recoger nuestro guía Valentín Miri con otra pareja mas con la que vamos a estar durante todo el trayecto.
Estamos de suerte, sólo seremos nosotros cuatro. La pareja es de Santander, Isabel y Manolo, son muy amables, y vamos charlando durante todo el trayecto.

Valentín nos va explicando durante el camino un poco la historia del pueblo y la función de la prisión de Ushuaia. Nos explica que los presos viajaban en este tren con el fin de conseguir leña para calentar la prisión y abastecer también al pueblo.

Llegamos a la estación del tren “del fin del mundo”, me encanta, parece como una estación de un parque de atracciones. Hace mucho frío. Al principio no hay nadie, poco a poco van llegando coches y algunos autocares.

El trayecto es corto. Obviamente el tren en el que vamos está totalmente acomodado y la locomotora es similar a la que antiguamente funcionaba.

Vamos viendo el bosque, por donde corren algunos caballos y cauquenes. A la mitad del trayecto se observa lo que llaman el cementerio de los árboles, esta zona es desoladora, muestra el lugar donde los prisioneros cortaban los árboles.
Durante el trayecto se hace una parada en la cascada la Macarena donde se observa una pequeña catarata y un río.
Al finalizar nos espera nuestro guía quien nos conduce a ver la Laguna negra, un lago muy grande con un gran turbal. Hasta llegar a ella vamos viendo la vegetación de la zona y Valentín nos va explicando las curiosidades de los hongos que se adhieren a los árboles, como los líquenes llamados barba de viejo que parecían un abriguito de los troncos y el pan de indio que provoca una reacción al árbol que lo cubre con un exceso de madera, lo que provoca los famosos nudos en las ramas con el que se hacen muchas figuras por aquí.
Nos dirigimos a la Bahía Lapataia, justo donde acaba la ruta nacional 3, otro gran lago rodeado de altas montañas llenas de nieve. Allí vemos cauquenes, unos animales similares a los gansos. También se observan restos de conchas de los antiguos pobladores Yamanes. Cuando las consumían las tiraban alrededor de sus cabañas.
También fuimos a ver el lago Acigami y después el centro de visitantes donde se pueden ver algunas maquetas sobre la vida de los Yamanas, Tehuelches y Selknam.

Mas tarde, nos vamos acercando a Ushuaia a comer para luego alrededor de las 16 horas ir a navegar por el canal de Beagle.
Hace frío pero la tarde se presenta despejada, parece ser que podremos ver bien a los pingüinos. La suerte nos llama y uno de los tripulantes de la anterior embarcación busca a 10 personas que quieran hacer la excursión larga en la zona vip, y ver los pingüinos en la isla Martillo (además de los leones en la isla de los Lobos y el faro de Les Éclaireurs). Mejor imposible, allí que nos vamos los cuatro a la zona vip, calentitos y charlando durante la navegación.

Lo primero que vemos son los leones marinos de un solo pelo


 y luego el tan esperado faro; me encantan los faros! Somos conscientes que este faro no es en el que se inspiró Julio Verne en su novela El faro del fin del mundo, pero igualmente nos encanta. Está situado en un pequeño islote entre Chile y Argentina. Es de color blanco y rojo. Las vistas desde la embarcación son estupendas. Estoy contenta pienso que he obtenido unas muy buenas fotos.




Después de un largo rato de navegación vemos Puerto Williams (enclave militar chilena) y llegamos a la famosa pingüinera de isla Martillo. En la cubierta hace frío pero eso no nos impide estar un largo rato observando a los pingüinos. Aquí se pueden divisar dos especies diferentes; el pingüino Papua y Magallanes (este último es el mismo que vimos en Punta Tombo). Es muy curioso ver como se desplazan.



La navegación duró en su totalidad unas cinco horas, pero no se hizo nada pesado, supongo también porque fuimos hablando con la pareja de Santander durante el trayecto.

Después de navegar nos hicimos el premio de los buenos navegantes, una cervecita Barba Roja en uno de los Pubs de Ushuaia.

Recomendaciones: No olvidarse el gorro ni los guantes (ni obviamente el abrigo) en la navegación, hace mucho frío).
Si lleváis el pasaporte al final de la navegación si queréis os lo sellan con un sello que indica canal de Beagle (no deja de ser curioso para quien les guste esto de tener todos los sellos en el pasaporte).

Si queréis comprar recuerdos aquí y en Puerto Madryn es un buen sitio, en Calafate es mucho más caro.

Día 9 Puerto Madryn- Cerro avanzado, Punta Loma Leones marinos de un pelo Vuelo a Ushuaia

Teníamos la mañana libre para poder hacer alguna excursión mas y decidimos y a ver la colonia de leones marinos de Punta Loma.
En teoría, la excursión que contratamos se trataba de ir en un 4X4 “guerrillero” por las dunas de la playa hasta la colonia.

La excursión pinta muy bien, sólo vamos a ir tres personas en el coche, el guía para nosotros…. Llegamos a la primera duna (ohh que guay!) y zas!! Se queda encallado el coche en la arena! Una de las ruedas delanteras se hundió en la arena y no había manera de sacarla! Después de mucho empujar, sacar arena y una hora de reloj de espera llegan los supuestos jefes del guía a ver que pasa, diagnostican rotura de embrague!

Los jefes se van y nos dejan aproximadamente media hora mas esperando a otro coche que obviamente no sube dunas! Total que nos llevan a Cerro avanzado a ver un poco el paisaje, tomar unos mates y unas pastas. Después de unas risas y resignados nos dirigimos a Punta Loma a ver los leones.

Es una colonia pequeña. Se pueden observar desde el mirador. Se pueden ver bastante bien, hace mucho frío y se nos quedan las manos heladas de hacer fotos.






Recomendaciones: No contratar esta excursión, si no habéis alquilado coche es mejor coger un taxi que os lleve, os espera una hora que es mas que suficiente. No hace falta guía moverte por allí porque se ve todo desde el mirador y tampoco hay mucho que explicar si no un poco las costumbres de los leones que lo podéis leer en cualquier libro específico.

Nos dio tiempo para hacer una comida rápida en el restaurante Sr. Mr. Jones antes de ir a coger el avión Ushuaia.

Llegamos por la noche a _Ushuaia con energía todavía para recorrer el centro y comprar unas postales para enviar desde el supuesto “fin del mundo”.

sábado, 16 de octubre de 2010

Dia 8 Puerto Madryn- Punta Tombo Pingüinera, Gaiman te Gales y Trelew Museo


Comienza el día para no variar temprano. Nos dirigimos a Punta Tombo a ver a los pingüinos de Magallanes.

El trayecto es largo, hay aproximadamente unos 120 kilómetros entre Puerto Madryn y Punta Tombo.
Al fin llegamos a la pingüinera. Es sorprendente. Se congregan allí cientos y cientos de pingüinos que vienen a aparearse y a poner sus huevos. Los machos se adelantan a las hembras para preparar la “casa”, tener el nido listo y a punto para procrear y poner sus huevos.

Durante todo el camino marcado vas viendo a un lado y al otro los pingüinos, incluso hay algunos en medio del sendero a los que has de dejar paso, ellos son los que tienen prioridad en esta reserva.

El paisaje es sorprendente; estepa árida, pingüinos aquí y allá con guanacos y ovejas de lana merino. Al otro lado ves el mar, en el que también se avistan las ovejas y los pingüinos.  No dejas de hacer fotos.



Durante la visita nos encontramos con un pingüino enfadado que intentó picarnos defendiendo su zona! Estaba realmente hasta las narices de visitas!! Está bien nos vamos…

Luego fuimos a Gaiman, un pueblo Galés que está de camino hacia Puerto Madryn. Destaca de este pueblo los esfuerzos hechos por aflorar algo de vegetación, Llama la atención que después de mucho paisaje estepario ves a lo lejos una línea de álamos justo al lado del río Chubut.

Aquí puedes tomar el té en las típicas casas de té de la zona y comer la tarta negra típica de allí. Nosotros preferimos acercarnos a un restaurante a tomar vino (de la tierra como no! Postales del fin del mundo, por cierto muy bueno) y algo de pasta casera. Luego por los comentarios del resto del grupo fue la mejor elección.

De regreso a Puerto Madryn nos paramos en Trelew a visitar el Museo Paleontológico. Es un museo pequeño pero interesante donde se puede observar un esqueleto casi completo de Tiranosaurio.

lunes, 11 de octubre de 2010

Día 7 Puerto Madryn- Península Valdés. Avistaje de ballenas (Puerto pirámide), elefantes marinos ( Punta delgada) y Caleta Valdés.

Este fue un gran día.

Empezó como todas las excursiones; temprano. A las 7 am. nos embarcamos en un pequeño bus de unas 20 plazas hacía Península Valdés. Durante el viaje, nos comentaron que ese día el tiempo no acompañaba, era muy ventoso y en este clima no dejaban salir las embarcaciones. La salida a ver las ballenas comenzaba a peligrar. Nadie dijo nada, pero los ánimos se notaban, todos estábamos inquietos ya que era la atracción principal y era lo que todos esperábamos. Finalmente la embarcación pudo salir por la mañana y cambiamos de rumbo hacia Puerto Pirámide.

El camino hasta Puerto Pirámide es largo, desde puerto Madryn hay unos 120  kilómetros.

Ya en el puerto y acompañados de un fuerte y frío viento nos condujeron a la embarcación, como no, con los respectivos salvavidas a cuestas (entre cámaras, chaquetones y salvavidas casi no había manera de moverse).

Jordi se fue adelantando, avispado como es él, ya estaba pensando en coger uno de los sitios laterales para poder ver bien a los cetáceos, la verdad es que fue genial.
Una vez en la embarcación la emoción iba en aumento, mirábamos al mar con la esperanza de avistar un resoplido de ballena que fotografiar.
Durante el trayecto el guía Stephen (quilimbai.com) nos va informando sobre estos maravillosos cetáceos; la ballena franca austral, sus costumbres y el porqué de la facilidad de la caza de estos animales.

Nos explica que en la zona están aproximadamente unos seis meses. Durante este periodo se dedican exclusivamente al apareamiento. En estos meses no comen nada. Su embarazo dura unos 18 meses, vuelven a tener sus crías a esta zona en la que les dan de mamar durante unos seis meses.

La caza de la ballenas ( por suerte actualmente prohibido en esta aguas) fue muy fácil porque son unos animales muy curiosos, que se acercan a las embarcaciones, cuando mueren no se sumergen como el resto si no que flotan, lo que hace muy fácil la recogida de los cuerpos. Además, estos animales necesitan salir a la superficie para respirar.
Su respiración no es inconsciente, si no consciente, lo que requiere que el animal no pueda dormir plenamente, manteniendo despierto uno de sus hemisferios durante el descanso para regular y poder dar respuesta a la necesidad de respirar.

A los cinco minutos de navegación el guía nos informa que ve agitación y que posiblemente se hallen un par de ballenas, como es un experto ya detecta que seguramente será una hembra que está siendo cortejada por mas de un macho. No se equivocó.



Ballena franca austral

Pasado un breve tiempo, pudimos ver a las ballenas!!! Nuevamente la emoción que sentimos es indescriptible. Comienzas a ver como surge del mar unos animales enormes, con las callosidades de color blanco que las caracteriza. Los “clics” de las cámaras no cesan, es casi imposible tomar fotografías, la barca no deja de hacer un vaivén desenfrenado y muchos comienzan a marearse.
Nuestra experiencia con las barcas, buceo y neopreno nos permite disfrutar sin apenas experimentar ni un ligero mareo, todo está saliendo redondo.
Las ballenas tenían ganas de mostrarse, y llegamos a ver la esperada cola ( y a fotografiarla!!! Salían por un lado, por el otro, las tuvimos a unos dos metros de la embarcación y de nuestro lado!

El plato fuerte del avistaje se dio cuando vimos en primer plano el “coito” de las ballenas. Si, si se vio perfectamente como salía el “pene” de mas de dos metros y de un color rosado que pueden mover con la misma autonomía que nosotros un brazo y lo introduce en la ballena, fue fantástico, el guía nos dijo que era rarísimo poder ver esta escena, realmente la suerte nos acompañó durante todo el avistaje.

Después de una hora en la embarcación y con mucha pena por tener que irnos, nos dirigimos a ver los elefantes marinos en Punta Delgada, el trayecto es largo y pedregoso. Llegamos al único restaurante de la reserva, en el que pudimos comer unas muy buenas empanadas de queso y algo de verduras (aunque había carnes y pescados). El restaurante era un poco caro pero ya se sabe, no hay competencia alguna, o comes aquí o nada de nada.

Después de comer, tomas un camino justo al lado del restaurante que te lleva la playa donde están los elefantes marinos. Nada mas llegar ya se pueden oír los bramidos de estos animales ( el sonido es como de un eructo muy ruidoso y continuo).

Las vistas eran preciosas. Una gran extensión de playa con cientos de elefantes por toda ella, tumbados, bastante quietos ( en un principio parece que estén todos muertos y es por la quietud que tienen).

En seguida bajamos a la playa y nos sentamos a observar estos fantásticos animales, no había prácticamente gente así que estuvimos muy tranquilos.
El macho se distingue del resto por su magnitud, es realmente enorme. Se desplazan reptando por el suelo, como un gusano. Ver a esa mole desplazándose por la manada era realmente extraño a la par que excitante.

Elefante marino

Después de hacer muchas fotos y de observarlos con tranquilidad tomamos la carretera hasta Caleta Valdés. Aquí hay un mirador desde donde se ve la caleta  y algunos lobos marinos a lo lejos, pero nada más. Te dejan estar allí cinco minutos en el mirador para observar pero la verdad, hubiésemos preferido tenerlos en la playa con los elefantes, pero bueno, ese es el recorrido y lo cumplen si o si.

Hay que destacar que durante todo este recorrido se pueden observar muchas ovejas merino patagónicas, que tienen un largo pelaje, con el que comercian para la elaboración de la lana, maras (son unos animales parecidos a los conejos que se desplazan como los canguros), guanacos (similares a las llamas), unos similares a los avestruces y algunos mas.

Mara
El paisaje es totalmente de estepa patagónica. Matojos y arbustos de pequeño tamaño, en un clima seco y ventoso. Si se observan árboles son los cercanos a algunas estancias, que han llegado a desarrollarse porque los dueños les han dado un cuidado especial durante su crecimiento ya que el duro clima de allí no les permite desarrollarse.

El agua que utilizan estas estancias es para los animales y demás tareas ya que es salobre, para el consumo humano es necesario comprarla. Se la dispensan con cisternas. La vida es muy dura allí, realmente es como un desierto pero sin duna, solo matojos y mas matojos.

Entrada la tarde (las 18 horas aproximadamente) llegamos al hotel, agotados pero al mismo tiempo entusiasmados con todo lo que habíamos visto y experimentado ese día.

Descubrimos un pequeño restaurante cervecería en la calle 9 de Julio que se llama Mr. Jones, recomendado al cien por cien. Nos atendieron estupendamente y pudimos degustar algunas cervezas de la zona y la pasta casera.

Recomendaciones

Si no habéis contratado nada lo mejor es alquilar un coche y recorrer la Península a tu aire, aunque así puede que te pierdas algunas explicaciones interesantes de los guías. Nosotros tuvimos mucha suerte porque era un grupo muy reducido y también vas compartiendo las experiencias de viaje que han ido teniendo el resto en otros puntos del país.

Pasear hasta el muelle del puerto ya que se divisan directamente las ballenas si hay suerte.

No contratar ninguna excursión para ver la leonera de Punta Loma, mejor coger un taxi y que os espere allí, es muy pequeño, con una hora hay tiempo de sobra.

Día 6 Iguazú – Puerto Madryn

Para hacer tiempo hasta la hora de recogida decidimos hacer un largo paseo por la selva con la esperanza de poder ver algún Tucan antes de irnos hacia Puerto Madryn. No hubo suerte. El día era muy caluroso a diferencia de los anteriores así que el paseo “selvático” acabó con un buen vaso de cerveza acompañada de zumo de limón natural; excelente combinación!

Cogimos el vuelo a las 16h dirección a Buenos Aires, y después el avión de BA a Trelew. Finalmente con retrasos incluidos y turbulencias de esas que piensas “diosito diosito de esta no salimos”, llegamos A Trelew a las 23 horas, cansadísimos después de todo el día de aviones. A esto hay que añadir una hora más de trayecto desde el aeropuerto hasta Puerto Madryn.

Día 5 Iguazú – Cataratas lado Argentino

Bien entrada la mañana (las 7 am) nos acercamos a desayunar rápidamente para poder iniciar la excursión a las cataratas de Iguazú desde el lado argentino.
El buffet del hotel era delicioso, muchos platos de fruta recién cortada, cereales, yogures, zumo de naranja NATURAL y unas cinco tartas caseras de diferentes sabores, parecía que entrases en una pastelería.

En fin, con la tripa llena nos vamos en autocar a las cataratas, vemos caras conocidas de la excursión del día anterior, entre ellas la reportera Virginia!

Llegamos recién abrieron el parque, y por eso fuimos los primeros en coger el tren ecológico que te deja a pie del inicio del sendero hacia la Garganta del diablo (una suerte eso de llegar los primeros porque te permite llegar a la catarata y que no haya tanta gente, sólo los del tren).

Se inicia un sendereo metálico y de madera que va sobre el río, vas pasando por diferentes zonas, muy amplias, con mucha vegetación. Llega un momento que piensas… si, esto es muy bonito, oh que lindo (como dirían acá) pero… dónde están las cataratas?
Entonces es cuando PAM RE PAM! ves a lo lejos como la tierra engulle el agua, no acercas a ver las cataratas porque todavía estás demasiado lejos pero lo que ya ves te empieza a dejar maravillado. Los oooh se van siguiendo, y llega un momento que ni te queda respiración para poder decirlo; llegas a la GARGANTA DEL DIABLO.

Me quedé perpleja, es tanta la energía que se siente allí, tan impresionante que se vuelve indescriptible, ninguna fotografía ni video puede transmitir la emoción, la majestuosidad, la potencia y la maravilla de tal conjunto. Fue tal la impresión que me emocioné al contemplarlo.

Comencé no se porqué a recordar algunas películas en las que van saliendo cataratas, (mira tú que idiotez), como en ellas los protagonistas pasan bajo las cataratas, o cuando de repente van todos en un bote y flash ven que el tramo acaba en una cascada y todos gritan al caer…. Yo pensé ¿gritar? Lo menos sería eso, es espeluznante!!

Nos seguimos maravillando de ese paisaje durante más de una hora, y haciendo fotos, por si un día la memoria nos deja de deleitar con tan dulces recuerdos. 
No quería irme y dejar de ver este paisaje, así que después de mucho decirle a Jordi, tranquilo, hay tiempo… llegamos a coger el tren del parque corriendo, cuando ya tocaban la campana de salida y todo el mundo estaba ya sentado. De este trayecto recuerdo una imagen muy bonita (muy plástica como diría mi amigo Jesús)…delante nuestro estaba sentada una señora mayor. Llevaba el pelo corto y blanco, con esos peinados de rulos que luego se estiran y su cara mostraba el inevitable paso de los años. Pienso que era inglesa. Me dejo llevar por el pensamiento y me imagino yo llegando a su edad, viajando a otros países y lugares como este, me entristece pensar en el paso de los años. En ese mismo instante comenzaron a revolotear muchísimas mariposas amarillas alrededor del vagón, y ella sacó la mano como para que se le posara y sonreía… la imagen era dulcísima, llena de encanto y sencillez.

El parque estaba rebosante de vida, una verdadera explosión de primavera. Había mariposas por todos los rincones,  de todos los colores; hacía un día espléndido,

Cuando el tren paró iniciamos el circuito superior, en el que puedes contemplar el Salto Bosseti, Bernabé Méndez, salto Mbigua y Sanmartín. Estos saltos también son bonitos pero después de ver la Garganta del diablo todo se queda pequeño.

Después iniciamos la llamada GRAN AVENTURA. Esta consiste en un pequeño circuito por la selva en 4x4 y un viaje en bote a las cataratas. Concretamente el 4x4 es un camión tipo safari, pero “descapotado” en el cual una guía te va explicando lo mas curioso de la selva, va haciendo paradas y te enseña la vegetación mas destacada. Una información que nos pareció muy curiosa es la que nos dio sobre la palmera del palmito. En esta palmera, la que la zona comestible es la parte superior. Para poder extraerla se ha de morir la palmera y tarda muchos años en regenerarse. Además esta da frutos a otros animales y permite mantener el ecosistema, por eso es una de las especies protegidas en Argentina.
Así que ya sabéis, si tenéis que comer palmitos, fijaros en la procedencia, sólo falta aumentar más la deforestación por unos palmitos…

Una vez finalizado el trayecto en el camión, llegamos a una bajada pronunciada con muchas escaleras que nos condujo a la embarcación. Mientras esperábamos íbamos viendo como regresaba la gente; completamente mojada!! En la espera pudimos ver un par de caimanes en la orilla del río, entonces pensamos …. Espero que el bote ( o gomón como dicen por acá ) no vuelque jejeje.

Una vez llegas a la embarcación (lancha grande) te dan unas bolsas “estancas” para meter las pertenencias que no quieres que se mojen, incluidas las cámaras fotográficas.

Lo ideal es llevar un bikini, bañador o similar porque te empapas de arriba a bajo (si hace bueno, si no se puede coger frío).
La navegación se hace muy corta, no puedo decir el tiempo que dura porque no nos fijamos pero si que resulta de lo más excitante. Ver como poco a poco te vas acercando a las cataratas y te sitúas bajo ellas no tiene parangón. Al llegar a ellas todo se convierte en una gran nebulosa blanca en la que el agua te va calando por todo el cuerpo, y no puedes dejar de gritar, no por miedo, si no por la emoción que te embarga y no encuentra sitio por el que salir.
La “mojada” no penséis que es en la misma GARGANTA DEL DIABLO porque si no, no sería un baño si no que directamente pasaría de llamarse Gran supervivencia en lugar de Gran aventura.
La “mojada” es en dos cataratas, concretamente la Dos Mosqueteros y la Sanmartín, bastante grande también, nada que despreciar cuando estás bajo ella.

Cuando sales de la barca estás muy alterado, pensando en lo corto que se ha hecho el trayecto, descalzo (si no llevas chancletas), y como no, chopo de arriba a bajo. No penséis que hay un lugar para cambiarse de ropa, lo vas haciendo en la salida, bien como puedes. Si no tienes frío te esperas a llegar al restaurante que está situado aproximadamente a un quilómetro de la salida de la barca.

Después de todo esto creo que nos merecíamos un descanso pero… va a ser que no. El hotel ofrecía una salida cada tarde con un experto en pájaros y en flora, así que al llegar hicimos la excursión de aproximadamente una hora por la selva, en la que nos informó de curiosidades sobre la fauna y la flora del lugar.

Que decir de la felicidad y el agotamiento que teníamos al finalizar ese día… nada que no se pueda arreglar con un buen hidromasaje y una cenita en el hotel.