Aquí el tiempo está loco, bien llueve, hace sol o ambos a la vez… Hace frío. Nos dirigimos a Puerto Pañuelo a coger la embarcación que nos llevará a Puerto Blest ( es la única manera de poder llegar; por agua).
Durante la navegación vemos que las gaviotas van persiguiendo la embarcación, pronto descubrimos que es costumbre de los turistas darles alimentos (normalmente galletas). La gente se anima y les van dando comida, llega un momento que parece una película de miedo!! No me inspiran mucha confianza…
En Puerto Blest tienes la opción de navegar por el Lago Frías y divisar el cerro Tronador (obviamente por 70 pesos más). El día no acompaña y estamos un poco cansados de tanto barco así que decidimos hacer el recorrido a pié (una de las alternativas que preferimos siempre). Esto son 3 kilómetros ida y 3 de vuelta. El sendero no es bonito, hay que pensar que es la carretera que te conduce al puerto del Lago Frías. Igualmente intentamos adentrarnos en el bosque por el camino para poder ver el río, es de color verde.
Un poco cansados llegamos al puerto, la vista es bonita pero nada mas.
Durante el regreso a Puerto Blest comienza nuevamente a llover, pero ahora con más intensidad….llegamos al hotel y sin vianda!! Preferimos no comer en el restaurante, unas patatas y un par de cafés nos permitirán aguantar para una cena descansada en el pueblo.
La espera se hace eterna.
Llega la hora de embarcar para ir a la Cascada los Cántaros. Aunque llueve decidimos subir las mas de 600 escaleras que te permiten ver el nacimiento de la cascada. Una vez llegamos arriba vemos que ha valido la pena, El arce milenario (1500 años estiman) es precioso, y las vistas desde el mirador espectaculares!
Este es el final de la excursión, el regreso se hace eterno, la lluvia no cesa.
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